Gestión Delegada
La gestión delegada es un enfoque administrativo que permite a una entidad o persona confiar responsabilidades a terceros para mejorar la eficacia operativa y enfocarse en lo estratégico.
La gestión delegada es un modelo administrativo en el cual una entidad o persona confiere responsabilidades a terceros para el manejo de recursos y toma de decisiones. Este enfoque es común en diversas organizaciones, donde los directivos optan por externalizar ciertas funciones para optimizar la eficiencia y centrarse en las áreas estratégicas del negocio.
Un ejemplo claro de gestión delegada se observa en el ámbito financiero, donde las empresas contratan a gestores de fondos que administran inversiones en nombre de los propietarios. Este modelo permite a las empresas aprovechar la expertise de profesionales en áreas específicas, y al mismo tiempo, mantener un control general sobre sus operaciones.
Es crucial, sin embargo, que la gestión delegada esté acompañada de un marco claro de supervisión y evaluación. La transparencia en la rendición de cuentas es esencial para asegurar que los objetivos institucionales se mantengan intactos, y que la confianza depositada en los delegados no sea traicionada. Por tanto, un equilibrio adecuado entre control y delegación es fundamental para el éxito de esta estrategia administrativa.