Arcelormittal: IA, optimización matemática y 278 millones de dólares en I+D
La compañía siderúrgica está integrando las últimas soluciones digitales para agilizar y optimizar procesos, ahorrar costes y mejorar la toma de decisiones. Actualmente, el grupo está haciendo énfasis en inteligencia artificial, big data e Internet de las Cosas.
Las tendencias digitales han irrumpido en todas las fábricas, provocando que ninguna compañía se sienta ajena a la necesidad de transformarse en el nuevo entorno. La automatización de las plantas productivas y la captura de datos son iniciativas que desde hace décadas están integradas en Arcelormittal, pero la digitalización le ha permitido ir mucho más allá. Actualmente, la cotizada del Ibex35 está haciendo hincapié en inteligencia artificial, big data e Internet de las Cosas.
Carlos Alba, coordinador del programa de digitalización en investigación y desarrollo (I+D) a escala global en Arcelormittal, ha explicado a Kippel01 que “en 2014, el grupo decidió crear un centro de investigación y desarrollo (I+D) en el que establecer toda su investigación breakthrough a escala mundial y, en particular, dedicado al análisis de las megatendencias y en cómo podían impactar en la compañía y en el sector”.
La compañía, que duplicó sus beneficios en 2017 (hasta 3.670 millones de euros), dispone de un total de trece centros de I+D en todo el mundo con diferentes particularidades. En Avilés (Asturias) existen dos de ellos, donde el grupo investiga tecnologías digitales. Uno es el que la empresa llama New Frontier, en el cual se realizó el análisis de las últimas novedades en cuanto a soluciones digitales.
Arcelormittal invirtió 278 millones de dólares en investigación y desarrollo el año pasado
En base a las conclusiones extraídas, Arcelormittal creó tres células principales de investigación. “Una de ellas es la factoría digital, otra la additive manufacturing e impresión 3D, y la tercera son nanomateriales y nanopartículas”, ha asegurado Alba. En el segundo centro de Avilés conviven dos departamentos que trabajan a escala mundial: uno es el KiN (Knowledge Innovation), donde son especialistas en modelos matemáticos e inteligencia artificial aplicada al negocio, y el otro es de mecatrónica, donde se investigan nuevas técnicas y se crean sistemas de sensores avanzados.
En base a todo ese I+D, en el que el grupo invirtió un total de 278 millones de dólares (241 millones de euros) en 2017, la compañía creó su programa de digitalización. Las tecnologías más destacadas para Arcelormittal son big data, Internet de las Cosas, inteligencia artificial, drones y robots colaborativos, realidad aumentada y analítica avanzada. Según Alba, la empresa está “concentrando varias pruebas de tecnología y haciéndolas completamente digitales para luego favorecer el despliegue de las soluciones que hayan sido exitosas en el resto del grupo”.
En cuanto a la digitalización del negocio, “hay varias técnicas y tecnologías que tienen que ver con inteligencia artificial que se aplican a toda la cadena de suministro, a todos los procesos de compra, a muchos de los procesos comerciales, a la propia estrategia, al desarrollo de nuevos productos y a las operaciones en minería”, ha explicado el directivo.
En el ámbito de la producción, las soluciones digitales ayudan a detectar defectos. “Cualquier defecto que hayamos detectado mediante sistemas de inspección automática en la fabricación de nuestro producto se marcan con códigos de barra en aquellos metros de bobina donde está situado para que los clientes estén al tanto”, ha ejemplificado Alba.
La empresa también aplica técnicas de deep learning sobre los defectos que supuestamente detectan los sistemas automáticos con el objetivo de corregir los falsos positivos. “A veces se detectan fallos que realmente no lo son, lo que requiere la ayuda de expertos, que no hay tantos en el mundo, analizando fotos -ha explicado el directivo-; estamos obteniendo resultados muy buenos con la técnica de deep learning, al reducir al 50% los falsos positivos”.
Asimismo, Alba ha indicado que “se captura información en tiempo real de los diferentes procesos de producción, donde se dispone de unos algoritmos dinámicos que, en función de las medidas reales que se han tomado, ajustan los parámetros de los ciclos térmicos, lo que mejora la calidad de los productos”.
Arcelormittal se apoya en el ‘machine learning’ para estudiar futuras inversiones
En el terreno logístico, el grupo negocia desde Luxemburgo los contratos marco con las empresas en Europa, algo que se ha agilizado gracias a la transformación digital. “Hoy en día todo eso se modera matemáticamente -ha señalado el directivo-; los operadores logísticos del país en el que se realice la subasta para el siguiente año tienen que cubrir un formulario digital con información sobre sus capacidades de movimiento por semana, qué ruta pueden cubrir y cuál es el coste que ofrecen por tonelada por esa ruta”.
De ese modo, el sistema aglutina todas las ofertas de empresas logísticas y todo el business plan para, automáticamente, “extraer cuál es la cuota de mercado y las rutas que se asignan a cada operador logístico”, ha explicado Alba. “Por un lado, el número de escenarios que se pueden explorar con un algoritmo es enorme y no se quedan casos sin explorar y, además, se obtienen mejores resultados económicos”, ha indicado.
La inteligencia artificial cobra cada vez más importancia a la hora de decidir sobre grandes inversiones. “Obviamente, estos asuntos siempre se analizan en detalle y deben pasar por unos comités de aprobación, pero cada vez hay más modelos de machine learning que analizan diversos escenarios en función de varios parámetros y de muchas situaciones de mercado -ha señalado el directivo-; se pueden tener resultados estadísticamente representativos que ayudan a tomar decisiones de si una inversión tiene sentido o no, o si puede ser una inversión que se quedará corta y es mejor invertir más”.
Por otro lado, Arcelormittal también colabora con equipos pertenecientes a entidades de prestigio internacional, como el Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad de Stanford. “Enviamos a investigadores de Arcelormittal por periodos de tres a seis meses a ciertas instituciones a empaparse sobre tecnologías y algoritmos para aplicar en el grupo -ha indicado Alba-; no queremos comprar tecnología que no entendemos y que toman decisiones en nuestra empresa”.