El socio de ‘merchandising’ de la LVP entra en la Superliga Orange con la compra de la plaza a G2

La Superliga Orange contará con un nuevo participante. No se trata de un club procedente del deporte tradicional, aunque sí que cuenta con un bagaje importante en este mundo. Según ha podido saber el diario económico especializado en el deporte Palco23, el Grupo Smart ha decidido apostar fuerte por los eSports y adquirir la plaza del club G2 en la competición de League of Legends (LoL). La empresa también habría comprado la participación en Counter Strike: Global Offensive (CS:GO), aunque este extremo no ha sido confirmado.

Se desconoce la cifra pagada por Grupo Smart, que tiene su sede en Madrid, para contar con la licencia de G2 en la Superliga Orange. Fuentes del sector señalan que la plaza de LoLpodría tener un valor de alrededor de los 120.000 euros, al ser una liga cerrada desde el pasado año y no poder acceder a ella mediante un ascenso, mientras que la de CS:GO no valdría más de 35.000 euros.

Se trata de una compañía con varias divisiones, algunas de ellas dedicadas a la gestión y comercialización de artículos deportivos con clubes de fútbol y de rugby. Además de ser el socio de Adidas para llevar las tiendas oficiales de equipos como el Real Betis, el Osasuna y el Cádiz, también es el socio de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP) para gestionar todo su merchandising y ha creado el portal Made4Fan junto a Mediapro para vender artículos de LaLiga.

Grupo Smart ha confirmado la entrada en la Superliga Orange a este diario, pero no han querido ofrecer más detalles sobre su proyecto. La fórmula escogida por la compañía para poner en marcha su división de eSports se basa en recuperar la marca Dragons, un club de deportes electrónicos que hace dos años se extinguió. Entonces, la propia LVP adquirió la enseña que ahora recuperaría una nueva entidad.

Grupo Smart es el socio de la LVP que gestiona su merchandisingy trabaja con Adidas, Mediapro y LaLiga en el mundo del fútbol

No es la única compañía que pujó por quedarse con el lugar de G2 en la Superliga Orange de LoL, puesto que otras entidades que ya participan en las otras tres Superliga Orange (de Clash Royale, CS:GO y Call of Duty), como Heretics y X6tence también mostraron interés.

Todos estos movimientos se han desencadenado a causa de la nueva estrategia de G2. El equipo de deportes electrónicos, uno de los mejor estructurados a nivel europeo, decidió cerrar sus oficinas en Madrid y concentrar toda su actividad en Berlín, donde instaló el grueso de sus operaciones en 2017.

La compañía atribuyó este movimiento a la necesidad de estar cerca de las sedes europeas de publishers como Riot Games y Epic Games, así como para centrarse en competiciones de ámbito continental. En el comunicado emitido por la entidad, explicaron que confían que sus jugadores en el país puedan encontrar rápidamente un nuevo equipo.

El nuevo club ocupará la plaza de LoL de G2, que abandonó la escena nacional para centrarse en la competición a nivel europeo

Fuentes de la industria explican a este diario que la entidad creada por Carlos Rodríguez, más conocido como Ocelote, que el desencadenante de esta decisión fue el cambio de estrategia de patrocinio de Vodafone. La telecos, que era el socio principal del club en España, prefirió aliarse con Giants, uno de los más potentes de la industria española. Sin embargo, no fue hasta comunicar la salida del país por parte de G2 cuando Vodafone anunció su nuevo acuerdo con el club malagueño.

Actualmente, la Superliga Orange de LoL cuenta con ocho participantes: Asus Rog Army, Penguins Mafia, Vodafone Giants, eMonkeyz, Kiyf, Movistar Riders, MAD Lions y el nuevo conjunto de Grupo Smart. Las últimas incorporaciones a esta competición, que se produjeron antes de eliminar los ascensos y descensos, fueron protagonizadas por Movistar Riders y MAD Lions, que compraron las plazas de Valencia eSports y Origen.

A pocos días para que se cierren las plantillas de Superliga Orange de LoL, los conjuntos trabajan en estos momentos para fichar a los jugadores que defenderán la camiseta desde sus ordenadores y lucharán por conseguir un campeonato cada vez más caro: el presupuesto de una escuadra ya ronda los 300.000 euros.