La aprobación del sistema de conducción autónoma de Tesla en China podría ser utilizada como moneda de cambio en la guerra comercial con Estados Unidos

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La aprobación del sistema de conducción autónoma de Tesla en China podría ser utilizada como moneda de cambio en la guerra comercial con Estados Unidos

Tesla aguarda la aprobación de su sistema FSD en China, un proceso que podría complicarse por las tensiones comerciales con Estados Unidos.

Descripción

Tesla se encuentra a la espera de la aprobación de su sistema de conducción autónoma (FSD) en China, un paso crucial para su estrategia de ventas y su futuro en este importante mercado. Sin embargo, un nuevo informe indica que las autoridades chinas están considerando utilizar dicha aprobación como un elemento de negociación en la actual guerra comercial con Estados Unidos. Este escenario añade un nivel de complejidad a la situación, ya que el acuerdo que Tesla esperaba concretar para la introducción de su sistema FSD en China todavía no se ha materializado.

En la última llamada de ganancias de Tesla, el CEO Elon Musk hizo hincapié en las restricciones que enfrenta la compañía: “Actualmente no se nos permite transferir videos de entrenamiento fuera de China. Y el gobierno de EE. UU. no nos deja realizar el entrenamiento en territorio chino. Es un dilema”, explicó. Tesla ha optado por entrenar su sistema utilizando videos de calles chinas disponibles públicamente y simuladores, en un esfuerzo por avanzar frente a estos obstáculos.

A pesar de los retos, Musk subrayó que Tesla planea lanzar el FSD en Europa y China a principios de 2025 y que podría tener conducción autónoma sin supervisión en China a fines del próximo año. Sin embargo, también ha hecho afirmaciones similares sobre el mercado estadounidense durante los últimos seis años, lo que ha generado escepticismo.

La presión sobre Tesla está aumentando, ya que China representa su mercado más importante y el único donde las ventas no han disminuido. No obstante, esto podría cambiar ante la creciente competencia, especialmente de BYD, que ha lanzado un producto competitivo al FSD. Esta situación eleva la necesidad de que Tesla obtenga la aprobación para su tecnología en China.

De acuerdo con un informe del Financial Times, las autoridades chinas están contemplando utilizar la aprobación de la licencia de conducción autónoma de Tesla como un elemento de negociación en las conversaciones de comercio con Estados Unidos. Se ha informado que Tesla no ha recibido un cronograma definitivo para la aprobación de su licencia y que, según el informe, la concesión de la misma es poco probable a menos que Estados Unidos renuncie a sus aranceles.

Desde la perspectiva de China, la utilización de la aprobación de una función de un solo fabricante estadounidense como moneda de cambio en una guerra comercial que involucra billones de dólares puede parecer inusual, pero es una estrategia que podría tener sentido dentro de su contexto político y económico. Para Elon Musk, la situación es crítica; la mayor parte de su riqueza está vinculada a las acciones de Tesla y, si no pueden competir en su mercado más vital, las consecuencias serían serias.

Esto podría motivar a Musk, quien mantiene una relación cercana con Trump, a presionar por el levantamiento de las restricciones en torno a la cooperación con China. Aunque este escenario pueda no parecer del todo ético, el actual contexto administrativo ha llevado a muchos a reevaluar lo que se considera aceptable en el ámbito comercial y político.