BYD lanza God’s Eye, un sistema de conducción autónoma con tres niveles de asistencia
BYD presenta God’s Eye, un avanzado sistema de conducción autónoma que redefine la asistencia al volante con opciones escalonadas para diversas necesidades.
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BYD ha lanzado un innovador sistema de asistencia automatizada llamado God’s Eye, diseñado para ofrecer una experiencia de conducción autónoma dividida en tres niveles: C, B y A. El nivel C, el más básico, utiliza 12 cámaras, 5 radares de onda milimétrica y 12 radares ultrasónicos, lo que le permite alcanzar un promedio de 1000 kilómetros de conducción autónoma entre las intervenciones humanas. Además, destaca la capacidad de estacionamiento sin conductor.
En comparación, Tesla no dispone en la actualidad de un sistema de nivel 3 y enfrenta dificultades en la implementación de su sistema Full Self Driving (FSD) debido a restricciones de privacidad en mercados como el chino. El sistema God’s Eye se presenta como una alternativa con capacidades superiores, especialmente en comparación con las promesas incumplidas de Tesla.
La ambición de BYD no se limita únicamente al mercado chino, ya que la compañía busca expandir su presencia a nivel global, apostando por la accesibilidad de la conducción autónoma. Su enfoque se centra en ofrecer tecnología avanzada a precios asequibles, haciendo de esto una realidad incluso en modelos como el Seagull, un hatchback eléctrico que se vende en China por menos de $10,000.
El nivel B de God’s Eye incluye sensores LiDAR y tiene la capacidad de conducir de forma autónoma en autopistas, mientras que el nivel A incorpora tres sensores LiDAR adicionales, permitiendo la conducción autónoma en entornos urbanos y está considerado apto para nivel 4 con la debida aprobación regulatoria.
Con este enfoque, BYD busca desafiar a sus competidores, abriendo la puerta a nuevas oportunidades en el sector de los vehículos autónomos. A medida que la empresa navega la transición del mercado, las lecciones aprendidas de otras marcas como Xpeng son fundamentales, destacando la importancia de ofrecer características de asistencia avanzada a una base de clientes más amplia.
A pesar de las innovaciones, el verdadero desafío reside en la capacidad de BYD para demostrar el rendimiento de su tecnología en escenarios de conducción reales, donde la fiabilidad y la experiencia del usuario serán determinantes. Mientras tanto, Tesla y otros fabricantes no se quedarán de brazos cruzados, invirtiendo fuertemente en sus propias tecnologías de conducción asistida. Con la competencia en aumento, se anticipa una oleada de innovaciones y ajustes de precios en los próximos meses.