China espía a Apple y Amazon con un microchip integrado en placas de servidores
El país asiático se ha infiltrado durante los últimos años en los sistemas informáticos de múltiples empresas. Lo ha hecho a través de la cadena de producción de proveedores de placas base para servidores.
China salta a las portadas por un hecho inquietante. El país asiático se ha infiltrado durante los últimos años en los sistemas informáticos de múltiples empresas a escala mundial, entre las que destacan Apple y Amazon, con el objetivo de espiar su actividad. El Ejército Popular de Liberación chino logró infiltrarse en las entrañas de estas empresas a través de un microchip.
El país integró en las placas base para servidores del proveedor Supermicro una serie de semiconductores del tamaño de un grano de arroz, informa Bloomberg. Investigadores de empresas independientes dieron con que ese chip no pertenecía al diseño original y que este actuaba como una puerta trasera que daba acceso remoto a cualquier red a la que se conectara el servidor.
De acuerdo con la información publicada, muchas de las compañías que se han visto afectadas por el caso eran conscientes de lo que estaba ocurriendo. Integrantes del ejército chino se hacían pasar por representantes de Supermicro o por altos cargos gubernamentales y sobornaban a los directivos de estas empresas para integrar los chips.
China tenía como objetivo hacerse con datos de propiedad intelectual y secretos comerciales
Tanto Apple como Amazon han negado que esto sea cierto en su caso. La empresa de la manzana mordida niega que sus responsables supieran acerca de chips maliciosos, o que se sucedieran manipulaciones del hardware o hubiera vulnerabilidades. Por su parte, el grupo de ecommerce indica que Amazon Web Services no tenía conocimiento sobre estos casos y ha asegurado que colaborará con el FBI para proporcionar información al respecto.
En todo caso, el objetivo de China era robar datos de propiedad intelectual y secretos comerciales de las compañías, explica el diario, por lo que la información privada de los usuarios no se habría visto comprometida. Hasta diecisiete personas han confirmado la manipulación del hardware por parte de Supermicro.