El futuro del trabajo: el 67% de los directivos cree que la IA no desplazará al empleado
La inteligencia artificial será una oportunidad en cuanto a la creación de nuevos empleos, aunque también aportará nuevos peligros en la Red, dando origen a ciberataques mucho más sofisticados que los actuales.
Las nuevas tecnologías han irrumpido con contundencia en todos los sectores. La inteligencia artificial (IA) ha sido una de ellas, modificando no sólo el modus operandi de un equipo de trabajo, sino incluso llegando a amenazar con sustituirlo. Este año apunta a ser uno muy relevante para esta clase de tecnología, que aspira a convertirse en el nuevo compañero de trabajo.
Y es que la inteligencia artificial impactará en los empleados antes que en el empleo. Según el informe 2018 AI Predictions elaborado por PwC, los robots y las IAs no destruirán puestos de trabajo, sino que ello desembocará en algo “más complejo”. El impacto, según la consultora, será positivo, fomentando una evolución gradual en el mercado de trabajo que estimulará la preparación académica hacia nuevas oportunidades laborales.
En ese aspecto, habrá nuevos trabajos que compensarán la pérdida de otros, haciendo que las personas operen de forma más eficiente con la ayuda de la tecnología. De acuerdo con el estudio, el 67% de los ejecutivos cree que la inteligencia artificia permitirá que los humanos y las máquinas trabajen juntos, lo que provocará que la unión haga la fuerza en este caso.
En todo caso, no se producirán cambios demasiado bruscos para 2018. Desde PwC se muestran convencidos de que aún faltan años hasta que los vehículos autónomos circulen por las ciudades sin peligro alguno o que existan doctores robotizados que diagnostiquen enfermedades en milisegundos.
Lo que sí está claro, o al menos así lo entiende el 72% de los directivos de las compañías, es que el uso de la inteligencia artificial será crucial para su éxito, siendo una de las mayores ventajas comerciales en el futuro. De cara a este año, el valor de las IAs se situará en aquello que pueden aportar a las empresas ya existentes y no tanto en la creación de industrias completamente nuevas.
Ese empoderamiento se verá reflejado sobre todo en la automatización de procesos que pasan a ser demasiado complejos para tecnologías antiguas. También en la identificación de tendencias en base a datos históricos, lo que permitirá ayudar a la creación de valor comercial. Asimismo, la inteligencia artificial tendrá un papel destacado en cuanto a prospección, siendo un punto de apoyo cada vez más importante en la toma de decisiones de un humano. De momento, más de la mitad de los ejecutivos considera que la implementación de soluciones basadas en esta clase de tecnología ha incrementado su productividad.
Uno de los campos en los que las IAs han sabido dar el do de pecho ha sido el de los datos. El big data pecaba de poseer una curva de dificultad a superar por parte de las empresas, algo que las nuevas tecnologías, entre ellas la inteligencia artificial, ha ayudado a rebajar notablemente. Por ejemplo, los avances técnicos han dado como resultado métodos más fáciles para extraer datos poco estructurados y mejorar la labor de indexación y clasificación de texto.
El 50% de los ejecutivos considera que el big data en su compañía mejoraría gracias al uso de la inteligencia artificial, según el informe. En 2018, la aplicación del análisis de datos por parte de las empresas beneficiará con creces a los proveedores de datos a terceros, que cada vez amasarán mayores cantidades de estos, permitiendo que las IAs trabajen con un gran flujo de información.
Semejante número de datos, sumado a la mejora de la inteligencia artificial, tendrá una contrariedad muy clara, y es que los ciberataques serán cada vez más nocivos. PwC señala que técnicas como el aprendizaje automático avanzado tendrán su contrapartida: existirán IAs capaces de encontrar y explotar vulnerabilidades. No obstante, las compañías también trabajarán en mejorar la seguridad cibernética. El 27% de los ejecutivos asegura que su empresa planea invertir este 2018 en ciberseguridad para protegerse de los peligros de la inteligencia artificial y del machine learning.