Hace treinta y cinco años del primer software de ransomware y fue con un diskette

TecnologíaCiberseguridad

Hace treinta y cinco años del primer software de ransomware y fue con un diskette

En 1989, el Dr. Joseph Popp lanzó el primer ransomware, desatando una investigación histórica y dejando un impacto duradero en la ciberseguridad.

Descripción

Hace treinta y cinco años, en diciembre de 1989, se llevó a cabo la mayor investigación cibernética de la historia. Todo comenzó con el primer caso documentado de ransomware, un innovador software malicioso disfrazado como un disquete de 5.25 pulgadas titulado "AIDS Information — Introductory Diskette 2.0". Su autor, el biólogo estadounidense Dr. Joseph Lewis Andrew Popp Jr., repartió cerca de 20,000 copias a suscriptores de la revista PC Business World, listas de correo y, como si fuera poca cosa, a delegados de la Organización Mundial de la Salud en una conferencia sobre el SIDA.

El ataque fue diseñado de manera astuta, aprovechando el pánico social por un nuevo virus biológico, mientras que el conocimiento sobre virus informáticos era casi inexistente. Esta táctica de entrega explotó la vulnerabilidad del momento, usando nombres de archivos encriptados que mantenían a las víctimas sumidas en la confusión y el miedo. Un golpe brillante, pero también una chorrada humana en toda regla.

La Torpeza del Ransomware Inicial

A diferencia de los ataques de ransomware que vemos hoy, la versión del Dr. Popp era notablemente torpe. Solo se encriptaron los nombres de los archivos, dejando los archivos intactos y, por tanto, susceptible a contramedidas efectivas. Aparecieron soluciones como "AIDSOUT", que eliminaría el ransomware, y "AIDSCLEAR", que buscaba directorios ocultos. Así, muchas organizaciones lograron recuperar sus datos; sin embargo, algunas, como una institución de salud en Italia, sufrieron pérdidas catastróficas, incluyendo una década entera de investigación perdida.

En medio de todo este caos, el Dr. Popp no solo se convirtió en un pionero del cibercrimen, sino que también mostró comportamientos peculiares que generaron dudas sobre su estabilidad mental. Tras varias detenciones y extradiciones, se determinó que el Dr. Popp, en sus cuarenta, era "mentalmente no apto para ser juzgado". Entre sus eccentricidades, destaca el uso de condones en la nariz y la obsesión por llevar una simple caja de cartón, lo que lo llevó a recibir tratamiento en el Hospital Mausley de Londres en lugar de cumplir condena en prisión.

Un Cálculo Económico Asombroso

Curiosamente, se estimó que el costo de lanzar este ataque fue de alrededor de 10,000 libras esterlinas. Sin embargo, se proyectaba que solo un 1% de las víctimas que pagaran el rescate generarían retornos significativos. Muy curioso, ¿verdad? Un cálculo que parece más salido de la mente de un iluminado que de un criminal despiadado (o no). Menos mal que no recurrieron a ningún “crack” para hacer las cuentas.

Así se narra esta historia, una mezcla de paranoia y errores humanos, que dibuja el primer ransomware y su impacto en un futuro cibernético que muchos aún no podían vislumbrar. Un hito que, más allá de su torpeza inicial, dejó una marca indeleble en la historia del cibercrimen.