La sociedad del gigabit por segundo: ¿qué será capaz de hacer el usuario en 2025?
Las capacidades de conexión, subida y descarga de datos se multiplicarán en los próximos siete años, permitiendo tareas improbables a día de hoy. Así lo señala el último estudio de la Fundación Telefónica, llamado Sociedad digital en España 2017.
La tecnología evoluciona a velocidad de crucero y sin frenos. El futuro de las sociedades europeas pasa por una conectividad casi total con el entorno; ya está siendo así actualmente en muchos aspectos. La estrategia de los grandes actores del ecosistema digital pretende elevar todo ello a una potencia más. Es así como los usuarios dispondrán de mayores capacidades en la era del 5G y la nueva infraestructura de redes, capaces de ofrecer conectividades por encima del gigabit por segundo.
Este es uno de los puntos que desgrana el estudio Sociedad digital en España 2017 elaborado por Fundación Telefónica, que señala que no sólo es necesario llevar a cabo un gran despliegue de red, sino que también es preciso adecuar este proceso de industrialización a los equipos que dispone el cliente en su casa; lo que se convierte en un factor clave para la verdadera experiencia de acceso a velocidades de conexión tan elevadas.
En ese aspecto, Fundación Telefónica insta a la Unión Europea a “moverse” con el fin de disponer de una infraestructura de telecomunicaciones “donde todos los ciudadanos y empresas puedan tener acceso a una conectividad ubicua a una velocidad mínima de un gigabit por segundo, con baja latencia y alta fiabilidad”.
Las tendencias tecnológicas actuales se verán potenciadas con el aumento de la conectividad hasta el gigabit por segundo
¿Cómo se traducirá este avance? En seis años, el cliente podrá descargar un juego de realidad virtual en 102 segundos, frente a los 34 minutos que tardaría en la actualidad mediante las redes europeas de 20 megabits por segundo (mbps). Es sólo un ejemplo de lo que será capaz de hacer el usuario en 2025 con una conectividad cercana al gigabit por segundo.
El almacenamiento máximo de un smartphone, que de media tarda unas 3,6 horas en descargarse por completo, se hará en apenas once minutos. Pasa lo mismo con una película a resolución 4K, que actualmente requiere de hasta once horas de tiempo de descarga con una velocidad de 20 mbps, mientras que en 2025 la misma tarea se cumpliría en 33 minutos.
Hay ejemplos aún más llamativos. Restaurar un servidor corporativo de tamaño medio requiere actualmente de 28 días de tiempo de descarga. Semejante periodo se reducirá hasta las 33 horas dentro de seis años con las redes de fibra hasta el hogar de hasta 0,4 gigabits por segundo, es decir, ni siquiera alcanzando el gigabit por segundo.
El vehículo autónomo podría revolucionar el concepto de propiedad y transformarlo en servicio
En ese aspecto, las tendencias que estarán presentes en dicha sociedad influirán indistintamente a múltiples áreas, desde la salud hasta la enseñanza, pasando por el entretenimiento en la Red. Se podrá revolucionar el sector de los videojuegos mediante la posibilidad de participar a distancia en títulos basados en la realidad virtual; mientras, los facultativos podrán ayudarse entre sí mediante videoconferencia de alta definición durante intervenciones quirúrgicas, a la vez que los investigadores tendrán la posibilidad de intercambiar enormes cantidades de datos en cuestión de segundos.
Aunque algunas de estas opciones ya están disponibles en la actualidad, sufren limitaciones debido a las tecnologías actuales, así como por el coste de los dispositivos y los servicios. Actualmente, ya se transmiten contenidos a resolución 4K, y pronto veremos emisiones en 8K. Tal y como asegura el estudio Fundación Telefónica, “el vídeo como servicio ha tenido siempre una capacidad decisiva para cambiar los patrones de consumo de los usuarios y ha sido un gran dinamizador de la transformación del sector de las telecomunicaciones”.
Otra de las tecnologías que evoluciona a pasos agigantados es la del coche autónomo. Su implantación no solo supondría un avance tecnológico como tal, sino que también provocaría un efecto que ya recogen y sobre el que se basan algunas plataformas digitales dedicadas a la movilidad.
Los hábitos de los consumidores cambiarán radicalmente; según el informe, mientras que poseer un vehículo propio era “un símbolo de estatus social en el siglo XX”, la sociedad podría revolucionar esa idea hacia la modalidad de “servicio de transporte”. El estudio apunta que no se espera que estos coches inteligentes estén operativos antes de 2030.