Las condiciones de uso real aumentan la vida de las baterías de vehículos eléctricos hasta un 38%

Un estudio de Stanford revela que optimizar los protocolos de carga puede extender la vida útil de las baterías de vehículos eléctricos hasta un 38%.

Las tecnologías relacionadas con las baterías para vehículos eléctricos están avanzando rápidamente, con nuevas configuraciones y soluciones químicas en constante evolución. Uno de los factores más relevantes en la evaluación de la eficiencia de un vehículo eléctrico es la vida útil de sus baterías, un aspecto que está siendo objeto de diversas investigaciones para mejorar su rendimiento.

Un reciente estudio publicado en Nature Energy por investigadores de la Universidad de Stanford y del SLAC National Accelerator Laboratory del Departamento de Energía de EE. UU. ha puesto de relieve la importancia de probar las baterías en condiciones que reflejen escenarios reales de uso. Este estudio profundiza en hallazgos anteriores que ya indicaban que se podría prolongar la vida de las baterías de iones de litio hasta un 30% a través de protocolos de carga optimizados.

A diferencia de los métodos tradicionales que utilizan ciclos repetitivos de carga y descarga a velocidades constantes, el nuevo enfoque compara distintos perfiles de descarga, diseñados para simular condiciones de conducción real, como aceleraciones breves. En pruebas realizadas durante dos años con 92 baterías comerciales, se descubrió que los perfiles que incluyen variaciones significativas en la tasa de descarga pueden extender la duración de las baterías hasta en un 38%. Esta revelación podría transformar el diseño de los ensayos para las baterías de nueva generación, así como influir en la regulación futura sobre su degradación.

Además, el estudio ofrece pautas prácticas para propietarios de vehículos eléctricos, sugiriendo hábitos de conducción que pueden ayudar a preservar las baterías a largo plazo. Entre estas recomendaciones se incluye estacionar en áreas sombreadas y evitar una conducción agresiva, prácticas sencillas que pueden contribuir significativamente a limitar el desgaste de las baterías.