La longevidad de las baterías eléctricas desmiente mitos sobre su degradación rápida
Las baterías de coches eléctricos superan expectativas de durabilidad, con una vida útil notable y avances que prometen aún más longevidad en el futuro.
Las baterías de los coches eléctricos han demostrado tener una vida útil mucho mayor de lo esperado, desmitificando uno de los mayores temores de los usuarios que consideran optar por la movilidad eléctrica. Tradicionalmente, se pensaba que, al igual que en dispositivos como smartphones, las baterías de los vehículos eléctricos podrían presentar una rápida degradación con el uso, pero diversos estudios han refutado esta idea. Según Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, a mediados de 2022, más del 99% de los ZOE producidos desde 2013 tenían aún más del 70% de su capacidad original.
De hecho, en Alemania, menos del 1% de los ZOE vendidos entre 2013 y 2022 necesitó un reemplazo de batería, subrayando la alta confiabilidad de estas tecnologías. «Los vehículos eléctricos durarán más que los de combustión interna porque tienen menos piezas móviles; al contrario de lo que la gente pensaba, las baterías duran mucho más de lo esperado», afirmó De Meo.
La proyección es que esta situación continuará mejorando en los próximos años. La química de las celdas y los sistemas de gestión de baterías (BMS) están en constante optimización, lo que promete una mayor longevidad para las baterías. Por ejemplo, BYD ha estimado que sus baterías Blade ofrecen una vida útil de 5,000 ciclos, lo que se traduce en aproximadamente 2 millones de kilómetros en un coche eléctrico con una autonomía de 400 km.
Un avance significativo ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Dalhousie en Canadá, quienes han desarrollado una batería con un electrodo monocristalino que ha demostrado retener el 80% de su capacidad tras más de 20,000 ciclos de carga y descarga, equivalentes a 8 millones de kilómetros. Esta investigación ha sido financiada por Tesla Canadá y el NSERC, lo que resalta su relevancia en el sector.
La principal ventaja del electrodo monocristalino es su resistencia al estrés mecánico durante las sucesivas cargas y descargas, lo que minimiza la formación de grietas. Esto significa que la batería puede superar la durabilidad de otros componentes del vehículo. Además, una vez terminada la vida útil del automóvil, la batería podrá ser reutilizada en aplicaciones de almacenamiento energético estacionario, aumentando su sostenibilidad.