Un nuevo estudio cuestiona la eficacia de los CAPTCHAs en la protección contra bots

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Un nuevo estudio cuestiona la eficacia de los CAPTCHAs en la protección contra bots

Un estudio revela que los CAPTCHAs, destinados a distinguir humanos de bots, son ineficaces y han generado enormes pérdidas de tiempo y recursos.

Descripción

Los CAPTCHAs, esos complicados y a menudo frustrantes tests diseñados para diferenciar entre humanos y bots en la web, han desperdiciado millones de horas a usuarios de internet sin lograr su objetivo de prevenir el tráfico no deseado de bots. Un estudio titulado “Dazed and Confused: A Large-Scale Real-World User Study of reCAPTCHAv2” revela que estos sistemas no solo son ineficaces, sino que también han generado un asombroso total estimado de 888 mil millones de dólares en datos de seguimiento de cookies para Google.

Según el informe, cada usuario ha dedicado un promedio de 819 millones de horas resolviendo CAPTCHAs, a pesar de que cada desafío podría completarse en aproximadamente 3.53 segundos por parte de los investigadores. Sin embargo, la creciente sofisticación de los bots ha permitido que estos logren sortear los CAPTCHAs, cuestionando su relevancia y efectividad como herramientas de seguridad.

El estudio destaca que existen dos tipos principales de pruebas: CAPTCHA y reCAPTCHA. Mientras que el primero se basa en desafíos de texto donde se deben descifrar caracteres desordenados, el segundo utiliza un enfoque más avanzado basado en imágenes. Desde que Google adquirió reCAPTCHA en 2009, esta tecnología ha sido utilizada para mejorar servicios como Google Street View y para digitalizar Google Books, pero su propósito original como medida de seguridad ha quedado obsoleto.

Investigaciones también han señalado que el verdadero objetivo de reCAPTCHAv2 parece ser la recolección de datos etiquetados y cookies de seguimiento con fines publicitarios, y no la protección del usuario como se le ha hecho creer. Además, se han observado sitios web falsos de CAPTCHA que facilitan la propagación de malware, lo que representa un riesgo significativo para los navegantes desprevenidos.

La ineficacia de los CAPTCHAs no solo se traduce en una perdida de tiempo, sino también en un consumo energético considerable, impactando al medio ambiente con aproximadamente 7.5 millones de kWh o 7.5 millones de libras de CO2. Esto lleva a la conclusión de que reCAPTCHA se está utilizando como una granja de mano de obra para etiquetar imágenes y recolectar cookies, disfrazándose como una herramienta de seguridad.

Ante la ineficiencia de los CAPTCHAs tradicionales, se están desarrollando soluciones más amigables para el usuario, como los ‘desafíos invisibles’. Estas innovaciones utilizan algoritmos complejos y análisis de comportamiento para distinguir entre humanos y bots, sin requerir una interacción explícita del usuario. Aunque los CAPTCHAs no van a desaparecer de inmediato, estas nuevas estrategias ofrecen una experiencia más fluida y un nivel de seguridad superior para los sitios web comerciales.