OpenAI alcanza 400 millones de usuarios semanales con su bot conversacional, reflejando un cambio en las interacciones humanas con la IA

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OpenAI alcanza 400 millones de usuarios semanales con su bot conversacional, reflejando un cambio en las interacciones humanas con la IA

La última cifra de usuarios de OpenAI revela un cambio profundo en nuestras interacciones con la inteligencia artificial y plantea inquietudes sorprendentes sobre la cortesía en el diálogo.

Descripción

En un desarrollo reciente que subraya la creciente penetración de la inteligencia artificial en nuestra vida cotidiana, OpenAI ha anunciado que su famoso bot conversacional ha alcanzado más de 400 millones de usuarios activos por semana, una cifra que supera la población del 99% de los países del mundo. Esta monumental cifra implica un cambio significativo en la forma en que interactuamos con la tecnología.

Un estudio reciente revela que el 70% de los usuarios emplean un tono cortés al relacionarse con chatbots como ChatGPT o Gemini. Si bien muchos optan por este enfoque por hábito o educación, existe un componente más inquietante: el temor a una posible rebelión de las máquinas. De hecho, el 20% de los encuestados afirmó utilizar un tono amable por miedo a las consecuencias de una inteligencia artificial hostil, una preocupación influenciada en gran medida por películas icónicas como Terminator.

La cortesía en la interacción con la IA no solo refleja una tendencia social, sino que también puede tener implicaciones prácticas. Estudios han señalado que ser cortés con los chatbots puede facilitar una mejor comprensión de las solicitudes, lo que resulta en respuestas más detalladas y útiles. Sin embargo, un 30% de los usuarios sostiene que no encuentra sentido en ser amable con un programa informático que, en su opinión, ni siente ni padece.

A pesar de las diferentes posturas, es innegable que la inteligencia artificial está evolucionando hacia interacciones más humanas. Esta humanización de los chatbots puede explicar por qué una gran parte de la población decide tratarlos con cortesía, ya sea por simple educación o por una justificada inquietud ante un futuro incierto. Así, el modo en que interactuamos con la IA no solo refleja nuestras preferencias personales, sino también nuestra percepción general sobre la tecnología y su potencial desarrollo.