OpenAI y Google abogan por el uso justo de obras protegidas para el entrenamiento de IA
OpenAI y Google se alzan en defensa del 'uso justo' de obras con derechos de autor, buscando facilitar el acceso a datos para entrenar IA.

OpenAI se ha consolidado como el líder en el sector de inteligencia artificial, especialmente gracias a su innovador producto ChatGPT. Sin embargo, la compañía enfrenta un desafío crítico relacionado con el acceso a datos para el entrenamiento de sus modelos de IA. En este contexto, OpenAI está abogando por que el uso de obras protegidas por derechos de autor para el entrenamiento de IA sea considerado como 'uso justo', una determinación que consideran esencial para competir a nivel global, particularmente contra potencias como China.
En la actualidad, los tribunales están en medio de un debate sobre si el entrenamiento de IA puede considerarse uso justo. Un fallo reciente ha favorecido a los titulares de derechos al argumentar que el entrenamiento podría perjudicar el mercado de los creadores. Ante esta situación, OpenAI ha comenzado a ejercer presión sobre la administración estadounidense para que apoye su posición legal y facilite el acceso a datos. A su vez, la empresa ha encontrado en Google un aliado clave en esta lucha. Ambas compañías han unido fuerzas para demandar que se reconozca el entrenamiento de IA como uso justo, argumentando que la regulación vigente se centra demasiado en los riesgos y desatiende el potencial innovador que la inteligencia artificial puede ofrecer.
Aparte de su colaboración en esta causa, OpenAI y Google han expresado su oposición a la fragmentación regulatoria en Estados Unidos, señalando que las múltiples leyes estatales dificultan el funcionamiento de las empresas de IA. Además, se manifiestan en contra de la responsabilidad legal que se pretende imponer a los desarrolladores de IA, argumentando que no pueden controlar el uso final que los usuarios dan a sus modelos.
Por otro lado, ambas empresas también han rechazado las regulaciones más estrictas promovidas por la Unión Europea, que exigen mayor transparencia en los datos de entrenamiento y en los riesgos asociados a los modelos de IA. Estas regulaciones podrían potencialmente exponer secretos comerciales y beneficiar a competidores extranjeros. OpenAI y Google han pedido al gobierno de Estados Unidos que intervenga a nivel diplomático para que se eviten imposiciones regulatorias que limiten la capacidad de las empresas estadounidenses de competir y lanzar productos de IA a nivel global.