Raspberry Pi: un pc ‘low cost’ por y para el sistema educativo
Desde 2012 hasta 2016, la compañía ha vendido más de diez millones de ordenadores con un precio inferior a los cien euros.
Más de diez millones de unidades vendidas, un precio inferior a los cien euros y un dispositivo que cabe en la palma de una mano. Sí, es un ordenador, se llama Raspberry Pi y es capaz de reproducir vídeo y música, navegar por Internet y soportar sistemas operativos como Windows 10.
A día de hoy, se vende en más de veinte países, aunque su destino principal son las escuelas de Reino Unido. Corría el año 2006 cuando Eben Upton, director de Estudios de Informática en St. Johns College de la Universidad de Cambridge, se dio cuenta de que muchos de sus estudiantes desconocían por completo el funcionamiento de un ordenador.
Ante esta situación, Upton y sus compañeros, Peter Lomas y David Braben, decidieron buscar una solución y crear un PC que despertara el interés de los jóvenes. El primer paso para potenciar el desarrollo de este ordenador low cost, al que bautizaron como Raspberry Pi, fue crear una fundación en la que participaran numerosos expertos del sector para acercar la tecnología a la sociedad.
Raspberry Pi Foundation invirtió un total de 4,20 millones de libras en 2014
Así, en 2008 nació Raspberry Pi Foundation, que a día de hoy cuenta entre sus consejeros con Matthew Postgate, director tecnológico de la BBC; el astronauta Tim Peake o Simon Peyton Jones, principal investigador en la filial británica de Microsoft. Según los últimos datos disponibles, la fundación recaudó unos fondos de 5,86 millones de libras (6,87 millones de euros) e invirtió 4,20 millones de libras (4,92 millones de euros) en su proyecto.
Ese mismo año, el equipo capitaneado por Upton constituyó la sociedad Raspberry Pi Trading Limited, a través de la cual empezaron a diseñar y comercializar ordenadores con una interfaz muy sencilla. Desde su fundación, la compañía británica tardó cuatro años en lanzar al mercado su primer modelo, un pequeño ordenador que cabía en la palma de la mano y cuyo coste ascendía a 35 dólares (32,7 euros).
En 2013, Google quiso sumarse a la iniciativa de Raspberry Pi y compró 15.000 ordenadores para repartirlos entre los alumnos del Reino Unido. Dos años después, la Fundación se fusionó con Code Club, una red de voluntarios que daban clases de codificación a niños de entre nueve y once años.
“Demasiadas iniciativas educativas no invierten en saber si realmente están marcando una diferencia”, señalan desde Raspberry Pi Foundation. Entre sus últimos proyectos, destaca la creación de PolaPi- Zero, una cámara polaroid que cuenta con sólo tres unidades (una nano impresora de recibos de Adafruit, un PC de Raspberry Pi y una pantalla LCS de Sharp Memory) o una tablet de siete pulgadas que cuesta setenta euros.
El sector educativo atrae a nuevos competidores
Entrar en las aulas fue uno de los principales objetivos para Raspberry Pi en su día, un proyecto que llamó la atención de otros grupos como BBC. En 2015, la compañía lanzó BBC micro:bit para conquistar las escuelas británicas, y se ha marcado como objetivo llegar a las escuelas de Holanda y Islandia.
BBC se ha marcado un ambicioso objetivo: extender sus ventas a toda Europa y aterrizar en las escuelas de Estados Unidos y China antes de que finalice 2017. En paralelo, el grupo se ha propuesto reducir el precio de sus PC en vías de desarrollo.