Reducir costes: la primera gran baza del ‘blockchain’ para ‘seducir’ a las empresas
Pese a que su gran potencial disruptivo es el impulso de nuevos modelos operativos, el sistema de la cadena de bloques generará su primer impacto en la mejora de la eficiencia de los procesos.
Blockchain aspira a remodelar la base de los modelos operativos de las empresas, aunque ese no será su primer impacto. Esta tecnología aún tiene un largo recorrido por delante, y su primera gran baza para seducir a las compañías será demostrarles que con ella ganarán eficiencia. La eliminación de intermediarios, una nueva forma de mantener los registros o un nuevo modo para conciliar transacciones entre dos o más partes serán algunas de sus claves.
Así lo determina McKinsey en su estudio Blockchain beyond the hype: what is the strategic business value?, en el que señala que en siete de cada diez casos el valor inmediato del blockchain estará en la reducción de costes, seguido por la generación de ingresos. Las soluciones de esta tecnología serán especialmente útiles en sector financiero, gobiernos y servicios médicos.
En el caso de las finanzas, puntos débiles de la actualidad como los pagos transfronterizos y la financiación del comercio pueden resolverse mediante técnicas basadas en blockchain. En este caso, se reduce el número de intermediarios y se gana independencia geográfica. El 90% de los principales bancos europeos, norteamericanos y australianos ya están experimentando o invirtiendo en esta tecnología, según McKinsey.
‘Blockchain’ será especialmente útil en finanzas, administración pública y sanidad
Al igual que las entidades bancarias, la infraestructura de la cadena de bloques puede permitir a los gobiernos llevar a cabo funciones de registro y verificación para lograr grandes ahorros administrativos. Los registros basados en blockchain y los smart contracts ayudarían a simplificar las interacciones con los ciudadanos al tiempo que aumenta la seguridad sobre sus datos.
Asimismo, el modelo comercial que tiene más probabilidades de tener éxito a corto plazo es el blockchain controlado y supervisado, y no los sistemas abiertos, de acuerdo con el estudio. Las cadenas de bloques públicas, como Bitcoin, no tienen autoridad central y se consideran habilitadoras de la desintermediación total. Los blockchain autorizados, en cambio, se alojan en redes informáticas privadas, con un acceso controlado y que depende de derechos de edición.
Destruyendo mitos
Existe un conjunto de mitos comunes que crean confusión sobre las ventajas y las limitaciones del blockchain, según McKinsey. Más allá de que en muchos casos se considera que blockchain es igual a Bitcoin (este sólo es una aplicación basada en dicha tecnología), muchas veces se habla de que es un sistema inmutable y que no se puede manipular.
El estudio asegura que blockchain podría ser trampeado si se logra controlar más del 50% de la red y se reescriben todas las transacciones realizadas previamente, lo cuál resultaría un tanto improbable, según McKinsey. En todo caso, ello supone desmentir que el blockchain es 100% seguro, y es que la seguridad de este sistema es adyacente a sus aplicaciones, algunas de las cuáles ya se han visto hackeadas.
Otro mito es que la tecnología de la cadena de bloques no miente. Y aunque es cierto que blockchain verifica todas las transacciones y datos nativos de su red, también es verdad que el sistema no puede evaluar si los inputs externos son lo suficientemente veraces, señala el estudio.
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