Los smartwatches avanzan en el monitoreo del sueño, pero aún tienen limitaciones en comparación con estudios clínicos
Los smartwatches han mejorado en el monitoreo del sueño, integrando inteligencia artificial, pero sus limitaciones frente a estudios clínicos persisten.

Los smartwatches han evolucionado considerablemente en sus funciones de monitoreo del sueño, incorporando ahora herramientas avanzadas como la detección de apnea del sueño y análisis de datos mediante inteligencia artificial. Sin embargo, la capacidad de estos dispositivos sigue siendo limitada en comparación con estudios clínicos especializados. Según el Dr. Logan Schneider, profesor asociado en la Universidad de Stanford y responsable clínico de salud del sueño en Google, los smartwatches no pueden captar ondas cerebrales ni todos los movimientos del cuerpo, lo que impide ofrecer datos completamente precisos.
A pesar de estas limitaciones, Schneider indica que los smartwatches están diseñados para completar las brechas que dejan los polisomnógrafos, que son imprácticamente costosos y requieren mucho tiempo y recursos. Los dispositivos son capaces de recopilar datos útiles sobre patrones de sueño al considerar la fisiología corporal y el nivel de movimiento del usuario, utilizando métricas como la frecuencia cardíaca y la actividad del acelerómetro. Estos sensores pueden distinguir entre diferentes fases del sueño, aunque pueden generar falsos positivos debido a movimientos ajenos, como el de una pareja en la cama.
Para mejorar la precisión de los datos recopilados, es esencial utilizar múltiples fuentes de información, como la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la temperatura de la piel. De hecho, se están llevando a cabo investigaciones para incorporar la respuesta galvánica de la piel como un nuevo indicador que podría ayudar a entender mejor las condiciones del sueño. Este tipo de avances son el resultado de la colaboración de Google con expertos médicos, quienes los ayudan a perfeccionar las funciones de salud de sus dispositivos.
Además, se han planteado las posibilidades futuras de que los smartwatches detecten trastornos del sueño como el síndrome de piernas inquietas o el sonambulismo, condiciones que son difíciles de capturar en entornos clínicos limitados. Dr. Schneider se muestra optimista sobre cómo los relojes inteligentes podrían mejorar la detección de estas señales, lo que podría tener importantes aplicaciones clínicas.
A pesar del escepticismo y las preocupaciones de algunos usuarios sobre la incomodidad de utilizar un smartwatch por la noche, el Dr. Schneider argumenta que el autocontrol sobre la calidad del sueño es crucial. En su opinión, es preferible utilizar esta tecnología para obtener una comprensión más clara de nuestros patrones de sueño, que a menudo pueden ser subestimados por nuestra percepción. Con el tiempo, estos dispositivos podrían brindar información valiosa no solo a los usuarios, sino también a los profesionales de la salud, ayudando a desmitificar diversos trastornos del sueño.