
La compañía china dejó atrás las pérdidas de 302,5 millones de euros del año anterior. En el mismo periodo, su cifra de negocio se situó en alrededor de 13.968 millones de euros, lo que supuso un aumento del 7,5% respecto a 2016.

El fabricante chino de smartphones trabaja en la fabricación de un terminal con soporte para tecnología 5G, que dependerá de la disponibilidad de redes de quinta generación y del suministro de los chips necesarios.

La compañía asiática, que durante varios años operó bajo el ala de ZTE, se independizó del grupo hace dos años.

El grupo ha pasado de ganar 2,97 millones de euros en el año fiscal 2015 a registrar unas pérdidas de 0,9 millones en 2016. Su facturación, por otra parte, se ha reducido en un tercio, pasando de 342,1 millones de euros a 114,6 millones en el último ejercicio.

La compañía china, que desembarcó en el mercado español en 2007, ha ampliado su objeto social para ponerse al día de las demandas de sus clientes, especialmente aquellos relacionados con el despliegue de redes e infraestructuras.

La empresa ha decidido cesar su actividad en el parqué asiático tras conocerse que deberá pagar una multa de 1.192 millones de dólares al gobierno estadounidense por violar la prohibición de exportaciones a Irán.

El Gobierno de Donald Trump ha sancionado a la empresa asiática por enviar material de software y hardware de grupos estadounidenses como Microsoft, Oracle, Dell o IBM, al mercado iraní, etiquetado como ‘hostil’ por Estados Unidos.

La empresa, que se ha marcado como objetivo ganarse la cuarta posición en ventas de smartphones en el país y focalizarse en el mercado andaluz, desembarcó en el Mobile World Congress con la tecnología 5G como principal reclamo.