Apple asegura al Congreso de EEUU que no vio señales del ‘hackeo’ de China
La compañía de Cupertino sostiene que no encontró evidencias de que había transmisiones sospechosas en su cadena de suministro y defiende que sus responsables no sabían acerca de chips maliciosos o que hubiera vulnerabilidades en su hardware.
Apple se defiende del supuesto hackeo de China. El grupo estadounidense ha asegurado al Congreso de Estados Unidos que no había encontrado señales de transmisiones sospechosas o de ataque a su cadena de suministro por parte de China. La empresa defiende que sus responsables no sabían de la presencia de chips maliciosos o que hubiera vulnerabilidades.
El vicepresidente de seguridad de la información de Apple, George Stathakopoulos, ha declarado en una carta dirigida a las autoridades estadounidenses que “las herramientas de seguridad patentadas por Apple están explorando continuamente este tipo de tráfico saliente, ya que indica la existencia de malware u otra actividad maliciosa”. El directivo remarca en la misiva que “nunca se encontró nada”.
El Departamento de Seguridad Nacional ha defendido a las empresas tecnológicas del país y ha asegurado que no tiene motivos para cuestionar su credibilidad. “En este momento no tenemos ninguna razón para dudar de las declaraciones de las compañías involucradas”, ha señalado Tyler Houlton, secretario de prensa del organismo, a Bloomberg.
Apple afirma disponer de una herramienta de seguridad que le notifica sobre la presencia de ‘malware’ en sus sistemas
El escándalo sobre el supuesto espionaje de China ha hecho saltar por los aires al sector tecnológico de Estados Unidos. De acuerdo con un reportaje realizado por Bloomberg Businessweek, el país asiático se ha infiltrado durante años en los sistemas informáticos de múltiples empresas, entre las que destacan Apple y Amazon, con el objetivo de conocer su actividad.
Según la información publicada, muchas de las compañías que se han visto afectadas por el caso eran conscientes de lo que estaba ocurriendo. Integrantes del ejército chino se hacían pasar por representantes del proveedor Supermicro o por altos cargos gubernamentales y sobornaban a los directivos de estas empresas para integrar los chips maliciosos.