De Epson a Softbank: los arquitectos del futuro que imaginó Asimov
Infinidad de empresas tecnológicas trabajan en el desarrollo de máquinas con capacidades cognitivas capaces de operar tanto en fábricas, como ejecutar tareas de carácter social o realizar tareas en el hogar.
Los mundos que imaginó Isaac Asimov parecen cada día más verosímiles a medida que la industria robótica avanza. Softbank, Epson, Amazon Robotics, Honda y iRobot son algunos de los actores empeñados en estrechar la distancia que separa a humanos y máquinas. El destino de ambos es colaborar para generar oportunidades tanto laborales como sociales. Desde robots que operan en un almacén hasta guías en centros sanitarios, las posibilidades son enormes en este sector tecnológico.
La automatización laboral, la innovación y la nueva competencia serán clave para el crecimiento de la productividad mundial. Así lo destaca la consultora McKinsey en su último estudio Modeling the impact of AI on the world economy, que indica que la IA tiene el potencial de generar una actividad económica global de alrededor de 13.000 billones de dólares (11.131 billones de euros) para 2030. ¿Qué empresas están trabajando en esas máquinas?
Epson es uno de los players más destacados en este campo. Desde el lanzamiento de su primer robot en 1980, la compañía japonesa se mantiene como un importante proveedor de robots para la automatización de tareas de alta precisión en el área industrial. La empresa dispone de varias series de brazos robóticos que realizan tareas que van desde la colocación y el montaje de componentes, hasta las pruebas, la medición y el control, pasando por el embalaje y la carga y descarga.
LG y Honda han desarrollado exoesqueletos que permiten al trabajador realizar esfuerzos físicos con mayor seguridad
En el ámbito industrial, Amazon también ha desarrollado a través de su división Robotics todo un conjunto de autómatas para sus almacenes logísticos. Los robots desarrollados por el gigante de Seattle se deslizan bajo las torres de las estanterías que almacenan los productos, las levantan y las desplazan por el complejo. Estos pueden mover más de una tonelada a una velocidad de 1,7 metros por segundo. Dicha tecnología está totalmente desplegada en el centro que Amazon tiene en Barcelona.
También existen empresas como Honda y LG que trabajan en la creación de herramientas que actúan a modo de exoesqueleto, permitiendo al trabajador llevar a cabo tareas de esfuerzo físico con mayor movilidad y fuerza, lo que ayuda a este a no castigar demasiado ciertas zonas del cuerpo.
En el caso de Honda, la empresa ha desarrollado el dispositivo Walking Assist, que ofrece soporte de peso corporal para aquellas personas con músculos debilitados en las piernas. Se trata de aplicaciones de tecnología bípeda y de control de equilibrio, pasos que la compañía ha podido dar gracias a la apuesta en investigación y desarrollo que realiza desde hace décadas. Un ejemplo icónico de esto es Asimo, el humanoide que Honda ya ha dejado de desarrollar para dar espacio a la nueva generación de androides.
En este último campo hay una empresa que ha destacado especialmente tras la irrupción de una de sus creaciones en el escaparate internacional, y es Hanson Robotics. El grupo hongkonés es el desarrollador de Sophia, uno de los robots más avanzados del mundo tanto por su increíble semejanza humana y expresividad, como por sus capacidades cognitivas. Desde que fue activada en febrero de 2016, se ha reunido cara a cara con políticos, directivos de banca, seguros y fabricantes de automóviles, así como medios de comunicación.
Softbank Robotics, el área de robótica del coloso japonés de telecomunicaciones, también está inmerso en el desarrollo de máquinas capaces de relacionarse con humanos desde el punto de vista social. Pepper y Nao son dos casos reconocibles: el primero está presente en unas 2.000 compañías como guía y punto de información, mientras que el segundo actúa como asistente de atención a clientes en empresas y centros sanitarios.
¿Y qué pasa con los robots que realizan tareas domésticas? En ese terreno se mueven empresas como iRobot, que ha desarrollado una máquina friegasuelos llamada Braava. La compañía también se ha dado a conocer a través de su familia de robots aspirador Roomba, con sensores inteligentes para moverse por la casa (el dispositivo toma hasta sesenta decisiones por segundo), y con un historial sobre los datos de limpieza completados para que el usuario los revise desde el smartphone.
Hasta Disney fabrica robots
Las aplicaciones de la robótica no parecen tener límites. Baidu, Bosch, Cruise, Jd.com, Toyota… Son varios los grandes actores que están trabajando en el desarrollo de máquinas capaces de optimizar la operativa de las compañías y el trato con el usuario. Uno de los grupos que quizás sorprende, sobre todo por lo que está haciendo en este campo, es Walt Disney a través de su división Research.
La compañía estadounidense ha desarrollado desde un robot capaz de realizar movimientos acrobáticos en el aire hasta una tecnología que provoca que la persona sienta el efecto en su mano de que estallan fuegos artificiales. El objetivo de Disney Research, asegura la empresa, es generar valor al grupo mediante la inyección de innovación científica y tecnológica.