Ma Huateng: de casi vender su ‘core business’ a construir el ‘imperio’ de Tencent
El cofundador y máximo responsable de Tencent estuvo cerca de vender su servicio de mensajería instantánea al no poder costear el mantenimiento de sus servidores. El éxito de su compañía lo ha llevado a convertirse en uno de los empresarios más poderosos de Asia.
Construir un imperio que aglutine varios de los negocios más potentes del sector de la tecnología no es algo que pueda hacer cualquiera. Ma Huateng fue capaz de lograr tal hito con Tencent, un auténtico titán que ha situado a China frente a frente con los pesos pesados de Estados Unidos. Curiosamente, fueron los players estadounidenses del capital riesgo los que acudieron al rescate de Tencent cuando, en sus primeros años, estuvo a punto de ser vendida por su máximo responsable en un momento complicado.
Antes de todo eso, Huateng, que nació en la isla de Hainan (China) en 1971, se mudó a Shenzhen cuando era adolescente para estudiar ingeniería de software. En 1993, se graduó en la Universidad de Shenzhen, y pronto entró a trabajar en China Motion Telecom Development para el desarrollo de un sistema de localización en Internet. Dicha empresa suministraba parte de su tecnología al Gobierno chino.
Más adelante, Huateng fue fichado por Runxun Communications para trabajar dentro del área de investigación y desarrollo (I+D). Su tarea era supervisar los sistemas de llamadas por Internet, un área que despertó en él un fuerte interés en él. Tanto fue así, que pronto se sintió preparado para apostar por la creación de su propio servicio en el segmento de las comunicaciones en línea.
Huateng cofundó Tencent en 1998 con el objetivo de crear un servicio de mensajería instantánea
Con ese fin, él y cuatro amigos fundaron Tencent en 1998. Iniciaron el proyecto con 120.000 dólares, principalmente obtenidos del dinero ganado en sus inversiones en los mercados de valores. Inicialmente, la compañía se enfocó en un producto de mensajes de texto llamado Oicq que no ofrecía ningún factor diferencial respecto a los múltiples servicios de mensajería que ya existían en China.
A medida que se gestaba el producto que catapultaría al éxito a la compañía, Huateng fue nombrado consejero delegado y presidente de la junta del grupo. En 1999, Tencent asestó su primer golpe al mercado: ofreció su servicio de mensajería instantánea de forma gratuita, lo que atrajo al público joven y multiplicó la demanda. En un año, la plataforma atrajo a cinco millones de usuarios.
Lo que, a priori, parecía un éxito repentino, pasó a generar algunos problemas. Huateng y su equipo no podían pagar los servidores necesarios para atender a semejante cantidad de clientes. Ello llevó al directivo a tratar de vender Oicq, pero no consiguió alcanzar ningún acuerdo al respecto. Fue entonces cuando algunos actores estadounidenses de capital riesgo apostaron por la compañía, inyectándole alrededor de dos millones de dólares para mantener Tencent a flote. Fue entonces cuando Oicq pasó a ser QQ.
Posteriormente, Huateng comenzó a fraguar el imperio de Tencent. Ofreció servicios de valor añadido a sus usuarios con el objetivo de fidelizar a su comunidad y atraer a nuevos clientes, y firmó varios acuerdos con empresas digitales de carácter internacional. En 2004, Tencent disponía del servicio de mensajería instantánea más grande de China, con cerca de 335 millones de usuarios (el 74% de cuota de mercado).
Ese mismo año, el grupo chino saltó a la Bolsa de Hong Kong con resultados positivos, ya que catapultó el precio de sus acciones un 60% en los primeros meses y las ganancias de la compañía aumentaron más de un 40%. El siguiente paso para Huateng estaba claro: Tencent debía engrosar su negocio con la compra de compañías que ayudasen a potenciar su servicio de mensajería, especialmente ante la irrupción de competidores como Microsoft y Yahoo en el mercado digital chino.
En el caso de la compañía de Redmond, esta ofrecía mensajería instantánea gratuita, por lo que Huateng buscó nuevas formas de rentabilizar QQ. Una solución fue el desarrollo de nuevos servicios de pago, como un producto de mensajería instantánea para empresas en China llamado RTX, lanzado en 2005 y que no tardó en ser utilizado por hasta 85.000 compañías en el país asiático.
Huateng quiso unificar todos los hábitos de los usuarios de Internet en el mismo ecosistema
Asimismo, el directivo quiso ampliar las vías de negocio del grupo. En 2004, la empresa anunció que agregaría juegos a sus servicios, lo que le sirvió para atraer a más de un millón de jugadores de títulos online en China. Más adelante, Tencent ofreció las primeras transmisiones de radio con licencia a través de Internet y también vislumbró su entrada en el ecommerce y en cómo este podía adherirse dentro del conglomerado que se estaba creando.
Su entrada en el comercio electrónico se produjo a través de servicios consumer to consumer, como plataformas de subastas para los miembros de su servicio de mensajería instantánea. Al fin y al cabo, el objetivo de Huateng era unificar toda la actividad que los usuarios realizaban en la Red en el ecosistema que estaba creando Tencent. En aquel entonces, la compañía se alió con Google para impulsar sus últimas iniciativas. El core de Tencent, sin embargo, continuó siendo QQ, conocida como WeChat a partir de 2012 (aquel año ostentaba casi 780 millones de usuarios).
Huateng se convirtió en uno de los empresarios más ricos de China, aunque de forma desapercibida. Lejos del carácter mediático de los grandes magnates de la industria digital de Estados Unidos, el máximo responsable de Tencent nunca ha sido una celebridad. De hecho, pese a las grandes ejecuciones de su empresa en cuanto a producto, la fama mediática de esta proviene casi siempre de la compra y venta de negocios.
Huateng se convirtió a finales de 2017 en el segundo hombre más rico de Asia
En 2015, por ejemplo, Tencent dio un golpe encima del mercado de los videojuegos con la adquisición del 100% de Riot Games, creador de League of Legends, por unos 400 millones de dólares. Un año después, el conglomerado chino sumó a su cartera a Supercell, el estudio de Clash of Clans y Crash Royale, a cambio de 8.600 millones de dólares.
En noviembre del año pasado, Tencent compró 145,5 millones de títulos de Clase A de Snap, la matriz de Snapchat, en el mercado abierto, lo que equivale al 12% sobre el total de acciones en circulación de la compañía estadounidense. Ese mes, el grupo que encabeza Huateng también se hizo con acciones de Uber tras la entrada del gigante japonés SoftBank en el capital de la empresa de transporte privado.
En el ejercicio 2017, Tencent obtuvo un beneficio atribuido de 72.471 millones de yuanes (9.328 millones de euros), lo que representa un aumento del 74,8% respecto a las ganancias registradas un año antes. Antes de cerrar el año, el gigante chino logró colarse en el top 5 global de las empresas más valiosas, desbancando a Facebook y convirtiendo a Huateng en el segundo hombre más rico de Asia.
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